domingo, 30 de diciembre de 2007

Por qué (I) Lateral de Opacidades - 2007



¿POR QUE LateraldeOpacidades?
 ( enuncia solamente tres puntos)
                                                            
                                                   I
         Estas notas datan del momento de comienzo de una serie de actividades  al compás de la coyuntura, en el ámbito donde la revista se mueve e inscribe, (nos referimos a L’école y Buenos Aires), así como de la experiencia de varios años de prepararla y  publicarla.  Hacia el año 2006 (publicados ya 4 números) hacíamos circular tentativa y retroactivamente un argumento que inventariaba las dificultades de las que surgía y  aquello que a su vez  se proponía. De allí extraemos estos fragmentos. 

“El primer número inscribe algunas de las notas de un estilo que concebíamos necesario producir. Partíamos del hecho, de que en general, las publicaciones de l’école en castellano, –al comienzo-, recogían sus materiales del impulso primero que l’école había tomado en París, traduciendo artículos de la revista Littoral, luego de L’unebévue. Se imponía tener en cuenta, -en lo posible explícitamente-, que los temas de una revista, y sobre todo en Buenos Aires, las cuestiones planteables  estarían afectadas en su estatuto  por el carácter de retoma –redecir-, de aquellos avances que se habían producido ya, en otro lado, en otra geografía, en otro hilo y otro  movimiento que el que la revista debía poner  en juego.
   Era necesario no tanto “explicitar” sino más bien crear, inventar un trayecto, una temporalidad adecuada para que, lejos de recogerse como en eco, las preguntas, los abordajes generaran un desarrollo con más consecuencias y menos delegación en sus premisas mismas[1]”.
  
   El Congreso Freud.  Si bien Freud inauguró en alemán y Lacan retomó en  francés, -  había que volver a pasar y reformular las cosas a partir del Congreso Freud del año 1992: no  tener ni un Freud ni un Lacan en “lalengua nuestra”  -como dice Lacan: “lalengua mía”-, no obstaculiza poner sobre la mesa la consideración de que haya práctica, de que haya subjetivación más allá de esos ámbitos precedentes. No hay manera de circunscribir la subjetividad, la subjetivación menos, las prácticas diversas de la subjetividad,  al francés o al alemán de los fundadores.
  ¿ Cómo situar, cómo caracterizar esa posición de practicar, de aceptar sostener la demanda analizante en otra lengua, incluso otra cultura que la de Lacan?
 
 (…) “Que lalengua nombra una opacidad, que es ante todo en la práctica donde el castellano como una figura de lalengua se presenta como no transparente a sí, ni el disponible residual de la traducción de la obra de Lacan,  siendo un sesgo por el que se pone una traba al sueño de la continuidad trans-las-lenguas de un universal teórico.
   Que hayamos elegido la relación al seminario de Lacan como un punto lateral pero estratégico para poner un bemol a la transparencia -supuesta universal- de la contemporaneidad por  traducción, dio algún resultado”.
(…)
   ¿Hay práctica lacaniana en otra lengua que la de Lacan?, ¿Qué hizo Lacan en Latinoamérica, en Caracas precisamente? ¿Qué valor darle a ese acontecimiento, el seminario de Lacan en Caracas y esa convocatoria?
 
    Parecía conveniente  imaginar e inventar la base y soporte del trabajo en  común, y los pocos números que salieron provienen de ese clima:
  
  Dos cortes
     (Un punto, otra vez es el tiempo) “No tenemos lo mismo problemas que Lacan”,        (escuchada en el primer seminario de l’école en Córdoba en 1985) es una frase que bien pudiera sintetizar  ese sesgo de la enunciación por la que, el grupo de l’école – en París mismo, se diferenció en el inicio de aquellos que se colocaron en una continuidad escolar con la enunciación de Lacan, con su enseñanza.
     Era posible comprobar que tampoco se desencadena nada interesante, si no se despeja un segundo corte por el que habría que enunciar como premisa: “no tenemos los mismos problemas que Paris”.

      Fórmula implícita en la revista y que encuentra una primera y clara aplicación en las páginas del Nº 2, ”Entrelenguas”,  dedicada a  problemas de la circulación en castellano de la enseñanza de Lacan en sus seminarios; se trata de otra cosa que la traducción.  El Nº5, “La primera impronta”, daría un paso más al colocar en primer plano una muy amplia experiencia literaria  de escritores y poetas,  testimoniando estar concernidos por más de una lengua.  Se trataba de disipar el mito del sujeto “identificado por” la imposible “una” lengua.

           “(Un modo bien práctico de darle la primera aplicación a esa fórmula, - que no tenemos los mismos problemas que en Paris-, es otorgarle este contenido primero: el hecho de que efectivamente, con respecto a la enseñanza de Lacan  tenemos al menos otro problema agregado: reinscripción, redecir, algo que está en espacio, otro espacio que el de la traducción. Que no excluyera de antemano el dato más inicial: que el problema es más serio aún que la traducción.  Había que contar con un  lacanismo desde otra lengua y otra cultura, desde el inicio y  la práctica misma: caso contrario, es la demanda analizante que se elide, con todo aquello que está en otra lengua y otra  cultura.
 Sin ese corte, no hay arranque, no hay desencadenamiento de estudios, de la formulación de los problemas de practicar un lacanismo en otra lengua y -sin saber de antemano hasta qué punto- es otra coordenada discursiva, cultural. Si uno cogita como anexado, falsamente  contemporáneo de Paris, y su tiempo, falla al propio, al de su grupo, al de su público. Otra lengua, otra generación, otro medio, otro real…)”
   

                                                            II                     
   Heterogeneidades, heterotopías, acronías y discronías.
    No contemporaneidad que se puede decir de otros modos: no homogeneidad, heterogeneidad.  Lateral entonces, es volver sobre (algunos) de los supuestos que circulan naturalizados, interrogar su validez universal -lo que permita la apertura crítica- para subrayar “heterogeneidades”. Sentando por principio que nada de las grandes construcciones universales sobre el sujeto, la subjetividad o la subjetivación, y todo ese vocabulario grandilocuente, pueda ser aceptado sin más, sin sospechar siquiera de esas descripciones tan amplias, que carentes de duda y vacilación  pretenden valer para todo hombre, en todo tiempo y lugar… En fin, se abría otra época dando lugar a la pregunta ¿por qué suponer tanta homogeneidad  por doquier que se extienda el psicoanálisis, y cómo lo afecta?
Sí, Lateral es dar lugar a las heterogeneidades.

                                                             III
               
        Una de ellas.  Retroactivamente introducida como inicio de Lateral, las charlas sobre el valor económico que diera Pablo Levín, economista muy adentrado en el debate de  Marx con los clásicos de la economía política, abría una puerta, - no fue un detalle pequeño- a un estudio más elaborado de la homología entre plus valía y plus de goce que Lacan introdujera en los comienzos del seminario De un Otro al otro. 
   Puerta que dio paso a un inesperado  conjunto de  debates contemporáneos más bien del postmarxismo-, consagrados a la lógica de la acumulación capitalista. Y entonces aparecía una tesis del mismo Levín, que a su vez seguía una pista de Isaak Rubin, proponiendo un quiebre para la etapa presente de la economía, y por lo tanto una discontinuidad con aquella forma descripta por Marx: la actual, y es lo más remarcable, no estaría realizada según la ley del valor (¡enorme cuestión!) que regía según Marx la producción del valor en aquellos tiempos. Entonces, la homología de Lacan vale lo que vale pero no es para eternizar, ni para volverla una clave eterna de la subjetividad tal como Lacan para esa época la construye.
     Hoy día uno puede leer[2] en un prólogo de Eduardo Grüner a un libro por demás interesante comentando el diálogo Butler-Spivak: “Puesta en “post-colonial” está más atenta que Butler (…) a las consecuencias (…) catastróficas de la llamada “globalización” – ese eufemismo mediocre y engañoso para la mundialización de la ley del valor del Capital (…).   Si las posiciones de economistas  como Rubin o  Levín,  circularan mejor entre quienes se interesan en esos temas, quizás el debate económico sería más interesante, y a su vez trabaría   la repetición de fórmulas que por su misma reiteración atenúan su filo intelectual. Y por fin la ley del valor podría ser mejor puesta en perspectiva. 
       Las primeras reuniones de Lateral  introducían conjuntamente lecturas de
Toni Negri, Maurizio Lazzarato, incluso “Derrames de Deleuze, que parecían expandirse según dos vertientes:  por un lado, diluir el plus valor en una suerte de “sociedad del conocimiento” muy amplia y difusa,  o por otro lado , se deja todo el planteo más cercano al planteo original del mismo Marx, por lo tanto, dejando todo en el siglo XIX. (Como es el caso del lacanismo, o  de Deleuze).  Hasta la 5ta reunión de Lateral  inclusive: ¿ Goldman and Sachs refutan Deleuze?
Bibliografía: de Adam Smith, Carl  Marx, Isaak Rubin,  Pablo Levín, Deleuze, Toni Negri, Paul Krugman, Stiglitz… 
  
     Sesgo que abrió a la implantación por Lacan de la Discursividad, el plus de goce del seminario De un Otro al otro provee un acceso al lazo social tal como se le planteó a Lacan en ese momento, el que interpreta y construye haciendo el rodeo por la dialéctica del Amo y el Esclavo, que es toda una elección teórica. La discursividad del seminario siguiente, estaría  en el mismo hilo, y llegar hasta la catástrofe – supuesta- del discurso del Amo, en abril o mayo del 77[3], requiere una mejor elaboración  de la pregunta:  ¿que sostiene la discursividad,  su alcance como elucubración, y que cae si ella cae? 


[1]  Imposible crear una revista que fuera un movimiento, sin eso. Si se volvía a crear un movimiento, lo sería en tanto se refería a otro movimiento que estaba lejos. (Como ya sucedió otras veces en Latinoamérica: como si fuera la tarea de recrear un surrealismo, un futurismo un cubismo, un algo de cuanto ya había surgido y tenía su desarrollo y madurez en otro lado).

[2] Judith Butler, Gayatri  Spivak, Quién le canta al estado Nación, Buenos Aires, Paidós, 2005, p. 24.
[3] Cfr., Jean Allouch , El amor Lacan, Buenos Aires, Cuencodel plata, 2011 , p. 434-37. Relata como crisis del discurso del Amo y sugiere  una “gran crisis”.

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